domingo, 2 de octubre de 2011

Santa Teresita y los adultos mayores, en el corazón de la Iglesia

1º de octubre de 2011. Imagen de Santa
Teresita a los ocho años, expuesta
durante la celebración en la Casita.
El padre Ricardo Fiat celebró la Misa de ayer 1º de octubre, en el doble festejo de la Patrona Universal de las Misiones -según el calendario católico- y el día Mundial del Adulto Mayor -establecido por las Naciones Unidas-. Lo acompañó una original imagen, que reproduce a la santa a los ocho años. La figura artística fue encargada por monseñor Eduardo García, obispo auxiliar de Buenos Aires.
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"Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado".
Estas palabras, escritas por Santa Teresita del Niño Jesús en su autobiografía espiritual Historia de un Alma, es una síntesis del espíritu de la Misa de ayer, 1º de octubre, en el doble festejo de la Patrona Universal de las Misiones -según el calendario católico- y el día Mundial del Adulto Mayor -establecido por las Naciones Unidas-.
El padre Ricardo Fiat  -responsable de la Comisión Arquidiocesana para el Adulto Mayor, área laicos- presidió la celebración acompañado por una original imagen, que reproduce a la santa y doctora de la Iglesia en su infancia, a los ocho años, como aparece en algunas fotografías.
La figura artística, encargada recientemente por monseñor Eduardo García, obispo auxiliar de Buenos Aires, fue ubicada junto al altar y adornada con flores y algunos elementos escolares típicos de la infancia, como lápices de colores, cuadernos, una regla o una tijera, que seguramente usó la santa.
La preparación del doble festejo se hizo con un triduo de oración abierto a todos los interesados, incluso no católicos y no creyentes, en los días previos, entre el 28 y el 30 de septiembre.
Todo para que Santa Teresita y los adultos mayores se queden en el corazón de la Iglesia, unidos por el amor.