miércoles, 24 de agosto de 2011

El 1º de octubre celebraremos a Santa Teresita y el Día Mundial del Adulto Mayor

26 de julio de 2011. Santa Misa concelebrada
por los sacerdotes Ricardo Fiat -responsable
de la Comisión Arquidiocesana para el Adulto
Mayor, área laicos- y Julio César Giménez.
Como preparación, la Casa del Adulto Mayor y Centro Misional Santa Teresita realizará un triduo en honor de la Patrona Universal de las Misiones, del 28 al 30 de septiembre, entre las 17.30 y las 18, con bendición y entrega de medallas. Además, el día de la doble celebración habrá Misa a las 18, con bendición de las rosas que traigan quienes se acerquen.
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El siguiente es un fragmento del capítulo IX del libro Historia de un Alma, de Santa Teresita, Patrona Universal de las Misiones.
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Teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores, que la Iglesia consta de diversos miembros y que el ojo no puede ser al mismo tiempo mano. Una respuesta bien clara, ciertamente, pero no suficiente para satisfacer mis deseos y darme la paz.
Continué leyendo sin desanimarme, y encontré esta consoladora exhortación: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. El Apóstol, en efecto, hace notar cómo los mayores dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había hallado la tranquilidad.
Al contemplar el cuerpo místico de la Iglesia, no me había reconocido a mí misma en ninguno de los miembros que san Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien verme en todos ellos. Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno.
Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé: «Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado».
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A continuación se transcriben los Derechos Básicos de los Adultos Mayores acordados en 1982 por la Convención de Ginebra de la Organización de las Naciones Unidas.
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1. Tener acceso a alimentación, agua, vivienda, vestimenta y atención de salud adecuados mediante ingresos propios suficientes y/o el apoyo de sus familias y de la comunidad.
2. Tener la posibilidad de trabajar o tener acceso a otras alternativas de obtener ingresos.
3. Poder participar en la determinación de cuándo y en qué medida cesarán de desempeñar actividades laborales.
4. Tener acceso a programas educativos y de formación adecuados.
5. Tener la posibilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias y capacidades.
6. Poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.
7. Permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la formulación y en la aplicación de las políticas que afectan directamente su bienestar.
8. Poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicio a la comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.
9. Poder formar movimientos o asociaciones de personas de edad avanzada.
10. Poder disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y la comunidad de acuerdo con el sistema de valores culturales de cada sociedad.
11. Tener acceso a servicios de atención de salud que les ayuden a mantener o recuperar un nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional, así como a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad.
12. Tener acceso a servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y cuidado.
13. Tener acceso a medios apropiados de atención institucional que les proporcionen protección, rehabilitación y estímulo social y mental.
14. Poder disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en hogares o instituciones donde se les brinden cuidado o tratamiento, con pleno respeto de su dignidad, creencias, necesidades e intimidad, así como de su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y sobre su calidad de vida.
15. Poder aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente su potencial.
16. Tener acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad.
17. Poder vivir con dignidad y seguridad y verse libres de explotaciones y de malos tratos físicos o mentales.
18. Recibir un trato digno independientemente de la edad, sexo, raza o procedencia étnica, discapacidad u otras condiciones, y han de ser valorados, independientemente de su contribución económica.

jueves, 11 de agosto de 2011

Los invitamos a los Talleres de Oración y Vida del padre Ignacio Larrañaga

Padre Ignacio Larrañaga.
Se realizarán en la Casa del Adulto Mayor y Centro Misional Santa Teresita los lunes de 18.30 a 20.30, desde el 15 de agosto. Serán gratuitos y sin inscripción previa obligatoria.
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Llegar a una profunda paz, liberarse de tristezas y angustias, sanarse de las heridas, superar complejos y miedos, recuperar el sentido de la vida y la alegría de vivir.
Estos son algunos de los desafíos que plantean los Talleres de Oración y Vida creados por el padre capuchino español Ignacio Larrañaga, que se difunden por todo el mundo con el lema 'aprendiendo a orar para aprender a vivir'.
Desde la segunda mitad de 2011, serán incluídos en la agenda de la Casa del Adulto Mayor y Centro Misional Santa Teresita, que los ofrecerá en forma gratuita y sin inscripción previa obligatoria.
Los interesados podrán concurrir semanalmente los lunes de 18.30 a 20.30 -desde el 15 de agosto- o los jueves de 16 a 18.
Los Talleres de Oración y Vida constituyen una de los múltiples expresiones de la Nueva Evangelización promovida por la Iglesia Católica después del Concilio Vaticano II, en especial durante los pontificados de Juan Pablo II y, actualmente, de Benedicto XVI.
Es una idea reconocida oficialmente por la Santa Sede, que emitió el decreto de aprobación 1607/02/S-61/B-83, a través del Consejo Pontificio para los Laicos, el 4 de octubre de 2002.
Su fundador, el padre Ignacio Larrañaga, es un sacerdote capuchino nacido en Loyola, España, el 4 de mayo de 1928.
Desde hace décadas desarrolla una amplia labor animadora y evangelizadora en América y Europa.
En 1974 inició en Brasil los Encuentros de Experiencia de Dios y una década después, en 1984, lanzó los Talleres de Oración y Vida, que transmiten de una manera pedagógica el mensaje del Evangelio y han convocado a lo largo de los años a cientos de miles de personas.
Además, el padre Larrañaga es autor de catorce libros que han alcanzado numerosas ediciones y han sido traducidos a diez idiomas.
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Para saber más sobre los Talleres de Oración y Vida, consultar http://www.tovpil.org/.

miércoles, 3 de agosto de 2011

A una cuadra de la cárcel de Devoto, con el impulso de la patrona de las misiones

En la vereda de la Casa. El padre Ricardo (en el centro),
Nora (a su lado, a la derecha), el padre Julio, Ada
(con un pañuelo al cuello), Silvana, Rosita y Antonia.
El padre Ricardo Fiat, responsable de la Comisión Arquidiocesana para el Adulto Mayor, área laicos, celebró el 26 de julio una misa por los santos Joaquín y Ana. Nora Herrera de Varela -la administradora de la Casa- aprovechó la ocasión para anunciar la agenda de la segunda mitad de 2011. Se destaca el 1º de octubre, en que coincidirán la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús y el Día Mundial del Adulto Mayor.
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Queda entre dos parroquias porteñas: San Pedro Apóstol y San Juan Bautista.
De la primera salió el grupo de laicos fundadores, que empezó a recorrer la zona en 1987, con una imagen de la Virgen de Luján.
De la segunda surgieron, al año siguiente, más voluntarios que fortalecerían el proyecto.
En los comienzos, celebraban misas en las calles y de vez en cuando hacían procesiones hasta las parroquias, si había algún sacerdote disponible.
Recién en 1994 pudieron juntar, con la colaboración de los vecinos, el dinero necesario para comprar el actual terreno de Allende 2840 y luego construir el salón en el que inmediatamente entronizaron una imagen de Santa Teresita del Niño Jesús, patrona universal de las misiones.
Una década después, en 2004, la arquidiócesis de Buenos Aires amplió el edificio y lo bautizó Casa del Adulto Mayor y Centro Misional Santa Teresita.
Actualmente, el lugar está en manos del padre Ricardo Fiat, jesuita, que es responsable de la Comisión Arquidiocesana para el Adulto Mayor, área laicos.
"Somos privilegiados de trabajar en este lugar", dijo el 26 de julio, cuando celebró una misa por los santos Joaquín y Ana, acompañado por el padre Julio César Giménez.
Este último tiene un profundo lazo afectivo con la Casa, porque sus padres, Manuel y Ada, integraron el grupo de laicos fundadores.
Nora Herrera de Varela -la administradora, también fundadora- aprovechó la ocasión para anunciar la agenda de la segunda mitad de 2011, en la que se destaca el 1º de octubre.
Ese día coinciden la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, de acuerdo con el calendario litúrgico, y el Día Mundial del Adulto Mayor, según establece la Organización de las Naciones Unidas desde 1990.
En la capilla Santa Teresita, el 26 de julio de 2011.

A una cuadra de la cárcel
Materialmente, el proyecto funciona y se mantiene gracias al esfuerzo silencioso de un grupo de laicos.
Ellos son los que organizan las actividades y administran los gastos, que cubren con el aporte de quienes asisten y con providenciales donaciones que les permiten sobrevivir en los tiempos de escasez.
Semanalmente, albergan grupos de oración y misión, la celebración de la Santa Misa, retiros espirituales, charlas bíblicas, talleres, clases de apoyo psicopedagógico, encuentros de matrimonios y, cuando se lo solicitan, reuniones de la pastoral carcelaria.
Esta última es una iniciativa fundamental, porque a sólo una cuadra de la Casa está la cárcel de Devoto, única prisión de la capital argentina, con sus 1.700 presos hacinados.
Sin que las autoridades de los distintos niveles tomen medidas de fondo, para los vecinos de los alrededores es normal padecer diariamente desgracias de lo más variadas, que van desde los secuestros virtuales hasta la contaminación auditiva, visual o ambiental.
Hace poco, la Casa Rosada volvió a anunciar el traslado de los reclusos de Devoto a la provincia de Buenos Aires y la demolición del viejo y ruinoso penal.
Pero los habitantes del barrio piensan que es una simple promesa de campaña, lanzada mientras se acercan las elecciones presidenciales.
Sólo los más viejitos toman el asunto con humor.
Y con nostalgia, porque todavía recuerdan la inauguración de la cárcel, allá por 1927, cuando Hipólito Yirigoyen gobernaba la Argentina.
Ante esta cuestión, como frente a todo, quienes trabajan en la Casa del Adulto Mayor y Centro Misional Santa Teresita siguen adelante con la mirada más allá del horizonte.
Ellos dicen que confían serenamente en el Señor que enamoró a su Santa Patrona, Teresita del Niño Jesús, la Patrona Universal de las Misiones, a quien el Señor le dio poder sobre la escasez material, las cárceles, los gobiernos y cualquier otra circunstancia.
Porque su último fin es amar a Dios y al hermano necesitado.