miércoles, 3 de agosto de 2011

A una cuadra de la cárcel de Devoto, con el impulso de la patrona de las misiones

En la vereda de la Casa. El padre Ricardo (en el centro),
Nora (a su lado, a la derecha), el padre Julio, Ada
(con un pañuelo al cuello), Silvana, Rosita y Antonia.
El padre Ricardo Fiat, responsable de la Comisión Arquidiocesana para el Adulto Mayor, área laicos, celebró el 26 de julio una misa por los santos Joaquín y Ana. Nora Herrera de Varela -la administradora de la Casa- aprovechó la ocasión para anunciar la agenda de la segunda mitad de 2011. Se destaca el 1º de octubre, en que coincidirán la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús y el Día Mundial del Adulto Mayor.
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Queda entre dos parroquias porteñas: San Pedro Apóstol y San Juan Bautista.
De la primera salió el grupo de laicos fundadores, que empezó a recorrer la zona en 1987, con una imagen de la Virgen de Luján.
De la segunda surgieron, al año siguiente, más voluntarios que fortalecerían el proyecto.
En los comienzos, celebraban misas en las calles y de vez en cuando hacían procesiones hasta las parroquias, si había algún sacerdote disponible.
Recién en 1994 pudieron juntar, con la colaboración de los vecinos, el dinero necesario para comprar el actual terreno de Allende 2840 y luego construir el salón en el que inmediatamente entronizaron una imagen de Santa Teresita del Niño Jesús, patrona universal de las misiones.
Una década después, en 2004, la arquidiócesis de Buenos Aires amplió el edificio y lo bautizó Casa del Adulto Mayor y Centro Misional Santa Teresita.
Actualmente, el lugar está en manos del padre Ricardo Fiat, jesuita, que es responsable de la Comisión Arquidiocesana para el Adulto Mayor, área laicos.
"Somos privilegiados de trabajar en este lugar", dijo el 26 de julio, cuando celebró una misa por los santos Joaquín y Ana, acompañado por el padre Julio César Giménez.
Este último tiene un profundo lazo afectivo con la Casa, porque sus padres, Manuel y Ada, integraron el grupo de laicos fundadores.
Nora Herrera de Varela -la administradora, también fundadora- aprovechó la ocasión para anunciar la agenda de la segunda mitad de 2011, en la que se destaca el 1º de octubre.
Ese día coinciden la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, de acuerdo con el calendario litúrgico, y el Día Mundial del Adulto Mayor, según establece la Organización de las Naciones Unidas desde 1990.
En la capilla Santa Teresita, el 26 de julio de 2011.

A una cuadra de la cárcel
Materialmente, el proyecto funciona y se mantiene gracias al esfuerzo silencioso de un grupo de laicos.
Ellos son los que organizan las actividades y administran los gastos, que cubren con el aporte de quienes asisten y con providenciales donaciones que les permiten sobrevivir en los tiempos de escasez.
Semanalmente, albergan grupos de oración y misión, la celebración de la Santa Misa, retiros espirituales, charlas bíblicas, talleres, clases de apoyo psicopedagógico, encuentros de matrimonios y, cuando se lo solicitan, reuniones de la pastoral carcelaria.
Esta última es una iniciativa fundamental, porque a sólo una cuadra de la Casa está la cárcel de Devoto, única prisión de la capital argentina, con sus 1.700 presos hacinados.
Sin que las autoridades de los distintos niveles tomen medidas de fondo, para los vecinos de los alrededores es normal padecer diariamente desgracias de lo más variadas, que van desde los secuestros virtuales hasta la contaminación auditiva, visual o ambiental.
Hace poco, la Casa Rosada volvió a anunciar el traslado de los reclusos de Devoto a la provincia de Buenos Aires y la demolición del viejo y ruinoso penal.
Pero los habitantes del barrio piensan que es una simple promesa de campaña, lanzada mientras se acercan las elecciones presidenciales.
Sólo los más viejitos toman el asunto con humor.
Y con nostalgia, porque todavía recuerdan la inauguración de la cárcel, allá por 1927, cuando Hipólito Yirigoyen gobernaba la Argentina.
Ante esta cuestión, como frente a todo, quienes trabajan en la Casa del Adulto Mayor y Centro Misional Santa Teresita siguen adelante con la mirada más allá del horizonte.
Ellos dicen que confían serenamente en el Señor que enamoró a su Santa Patrona, Teresita del Niño Jesús, la Patrona Universal de las Misiones, a quien el Señor le dio poder sobre la escasez material, las cárceles, los gobiernos y cualquier otra circunstancia.
Porque su último fin es amar a Dios y al hermano necesitado.

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